viernes, 6 de enero de 2012

La hoja en blanco

Me quedé en blanco, las palabras habían sido borradas por la nada, habían sido sepultadas en el olvido.
            La hoja en blanco seguía frente a mí, mientras la pluma chorreaba su sangre azul las ideas seguían fugitivas. Parecía que mi mente era un guardia persiguiendo sueños, ideas, esperanzas, la pluma era el verdugo que sólo obedecía órdenes de castigo sin importarle un por qué y la hoja en blanco la cárcel donde permanecerían encerradas por siempre hasta su muerte, sin modo alguno de escapar.
            Tal vez esa hoja en blanco era el reflejo de lo que había hecho de mi vida, blanco- bueno, blanco-nada. Los dos puntos eran certeros, nunca creí  haber hecho algo tan malo que mi vida mereciera ser manchada con la tinta de una pluma chorreante. Tampoco sentía que hubiese hecho algo de mi vida tan digno como para ser merecedor de llenar eses espacio  designado para algo importante, algo especial, algo realmente grande.
            Seguía aferrada a la pluma, viendo fijamente la hoja frente a mí como si creyera que el verla eternamente serviría de algo para ver uno que otro garabato grabado en ese espacio inmortal, casi divino, pero por más que me esforzaba las  ideas sin sentido seguían por ahí, pensamientos sin dueño seguían brinco loteando por ahí sin un orden, sin una estructura, sin coherencia.
            Esa hoja en blanco parecía ser la representación de tantas cosas, tal vez alguien en algún lugar del mundo podría escribir una historia tan conmovedora que el tiempo, el espacio, los momentos mágicos se quedarían encasillados en él por siempre, o un gran artista dibujaría algo tan magnífico que olvidaríamos el sentido de las palabras, las letras parecerían estar de sobra en este mundo, mientras que yo no tenía nada importante que decir, que gritar.
            Cerré los ojos para atraer a los fantasmas del pasado y a los monstruos de la obscuridad, tal vez así podría tener algo de que escribir, pesadillas, heridas…algo,  no importaba que, solo no quería seguir viendo blanco.